lunes, 10 de marzo de 2008

Belleza alemana

Los que tienen la paciencia necesaria para seguir semanalmente estos relatos tienen bien claro que me siento muy a gusto en esta ciudad y en este país tan lejano al nuestro en todo aspecto, incluyendo, obviamente, lo geográfico.
Algunos amigos han coincidido en decirme que, más que crónicas, lo que escribo en este blog es “apología de la alemanidad”. Es posible que a veces se me vaya un poco la mano, pero dudo que sea para tanto. De todas maneras, a pesar de lo bien que siempre cuento que estoy acá, no dejo de tener presente que no todo es color de rosa. La vida cotidiana es, sin dudas, más fácil. En el trabajo, en la calle, en lo social en general. Sin embargo, esta semana me mostró, aunque tuvo la delicadeza de no ser extremadamente cruel, uno de los aspectos indiscutiblemente negativos de la distancia con los que uno quiere y dejó tan lejos. El martes por la noche, en una comunicación casi habitual con mi hermano, me enteré de que el día anterior mi papá había sufrido un infarto y que está, todavía hoy, internado en un sanatorio de Ramos Mejía. Leo tuvo el cuidado de contarme la historia desde el final, por lo que primero me dijo que estaba recuperándose rápidamente y después me puso al tanto de lo que había pasado. La verdad es que es un momento que no le deseo a nadie. Resulta muy difícil describir lo que se siente en una situación así, en la que uno toma conciencia de repente de que está imposibilitado de hacer absolutamente nada. Afortunadamente, mi papá no fuma desde hace treinta y tres años y de vez en cuando, a pesar de sus sesenta y cinco, hace algo de deporte. Por eso el cuadro que le originaron el descuido alimenticio y el estrés acumulado por diferentes situaciones no pasó de un susto, que deberá tomar como un llamado de atención.
De a poco, muy de a poco, me voy llevando mejor con el alemán. El aprendizaje es lento; se trata de un idioma de sonidos difíciles, que, además, en esta ciudad es hablado con infinidad de acentos por la inmensa cantidad y los diversos orígenes de muchos inmigrantes y sus descendientes que viven en Köln. A veces, dos personas dicen lo mismo; pero suena diferente en boca de cada uno. Esa variedad hace que sea aun más complicado. También noto, cada vez más, que en Alemania son muchos los interesados en aprender español. Cuando pregunté el por qué de este interés de los germanos por nuestro idioma me explicaron que una de las razones principales es que las bondades del clima veraniego de la península ibérica y sus dependencias insulares hacen de España uno de los principales destinos turísticos de los alemanes, que se sienten especialmente atraídos por Mallorca y las Canarias.
También es definitivamente llamativa la manera en la que se desatiende la estética personal, tanto en mujeres como en hombres, aunque en el caso de ellos me interesa muy poco. Tendré el cuidado, y espero tener éxito en mi esmero, de no exponer un punto de vista que sea considerado excesivamente machista. Pero como admirador de la belleza femenina, hay ciertas cosas que me llaman la atención de manera tal que me siento impulsado a comentarlas con ustedes. No abundan las mujeres “producidas” en la calle. La mayoría de ellas parece no darle importancia a detalles que las nuestras, las argentinas, cuidan casi obsesivamente. Basta caminar pocas cuadras por cualquier calle para ver muchos rostros inolvidables, que responden a ese patrón de belleza de “rubias y de ojos celestes”, al que la generalidad entiende como el ideal. Sin embargo, cuando el observador toma unos segundos más de su tiempo para recorrer toda la figura nota rápidamente que las alemanas se sienten conformes con lo mucho o poco con lo que haya decidido dotarlas la Naturaleza. No hace falta que les diga que aquellas que llegaron temprano al reparto de dones componen un conjunto soñado; pero las que no fueron destinatarias de toda la generosidad de la Creación no parecen preocuparse demasiado y lucen felices por la calle, aunque uno considere una lástima que tanta condición natural no sea mejorada con un toque personal. Hay veces en las sólo bastaría con eso, un toque: un pantalón mejor elegido, zapatos en lugar de zapatillas tipo “Flecha”, un maquillaje moderado o, en algunos casos, simplemente modales un poco más femeninos. En síntesis, detalles. Ahora que llevo tiempo conviviendo con otro concepto debo admitir sin reparos que en eso las nuestras son inigualables; muchas de esas que normalmente rondarían los seis puntos saben cómo hacer para que la calificación llegue a situarse por encima de ese número. Esto ha sido tema de conversación y coincidencia con muchos amigos. Estamos de acuerdo en que, como dice la canción, “es una cuestión de actitud”.
Otra notoria diferencia entre alemanas y argentinas, en este rubro favorable a las europeas, es su permeabilidad a las diferentes formas que tenemos los hombres de hacerles saber de nuestra admiración por su belleza. Acá se le puede hacer un elogio a una dama sin que ella piense, como dice Dolina, “que está a punto de perpetrarse una violación”. Las mujeres se quejan de que los alemanes no son piropeadores, lo que favorece a los latinos en su consideración. A esto hay que sumarle una creencia ampliamente difundida entre las teutonas que sostiene que somos mucho más “aguerridos” que los sajones a la hora del “combate”.
Celebremos, muchachos. Al menos hay algo en lo que sacamos ventaja.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Un abrazo grande,me quedé boquiabierto por lo de tu viejo,costó seguir con el resto del relato.
Espero que se recupere y sea obediente a los consejos médicos.
Nos comunicamos en la semana.

Mauricio Monte dijo...

Un amigo decía que Argentina tiene tres cosas que ningún país puede superar: fútbol, carne y mujeres. Confirmo las dos últimas. No tengo el codificado y a la cancha no voy hace rato.

Anónimo dijo...

Amigo, deseo que tu viejo se recupere pronto y pueda volver a estar nuevamente en su casa
Te mando un fuerte abrazo.
Rodrigo.

Anónimo dijo...

Ante todo quiero desearle una pronta recuperación a tu padre.
Por otro lado , me gustaría como fiel seguidor tuyo de noches de radio que seas más claro aún de lo que fuíste, cuando te referías a las germanas y nos regales una fotografía de las "Rubias" (Pechugonas garpan más).
Quiero que sepas que cada vez que entro en éste blog, me viene a la mente esos mediodías de clases en el secundario ,Ver entrar al preceptor preguntando: Quién se queda para la hora de Alemán?........je diría Ramón .Un abrazo.

Fernando Salceda dijo...

Gracias a todos por los deseos. Mi papá está muy recuperado y de vuelta en casa, afortunadamente.
A quien escribió el último mensaje me gustaría que me dijera quién es y, además, explicarle que no puse una foto para evitar que esa imagen, que pertenecería a una de entre millones de alemanas, sea usada como referencia de una generalidad que excede largamente las particularidades de una sola persona.

Abrazo para todos y gracias por tomarse el tiempo de visitar el blog y dejar sus comentarios.

Anónimo dijo...

Entiéndo que una fotografía no diría nada, pero quizá una foto por dia durante una semana , nos permita ,a los que somos 100 % "argento" sacar conclusiones a nivel promedio de lo que estás comiendo de "postre". O preferís que te pida una foto de un kiosco de flores y cómo se comercializan las mísmas ? ojo,sería interesante!!!
Nosotros,tus fans, esperamos desesperadamente las fotos que vas a sacar por día. Je. Tocayo y que todo lo tengas controlado.Abrazo

Anónimo dijo...

Que bueno que tu papá ya esté bien. A situaciones complicadas como esa y bonitas como la de tu sobrinito, por ejemplo, me refería en comentarios anteriores, cuando hablábamos de…felicidad e infelicidad latinoamericana y alemana.
Del resto del texto no digo nada porque… soy de las que usan zapas estilo flecha jaja, pero reconozco o puedo imaginar que para los hombres debe ser un placer ver a la mujer “arregladita”.
Empezare a practicar desde ahora, para lucir esplendida cuando sea grande y algún hombrecito pueda piropearme al pasar… “Ey tu ladrona de belleza…”
Saludos!

Fernando Salceda dijo...

Yo tengo un querido amigo que sabe decir "Hey, tú, ladrona de belleza" en italiano. ¿Te va?

Saludos y gracias por darte siempre una vuelta por acá.